Calculan un incremento de unas cinco mil unidades respecto al pasado año - Destacan la calidad de la añada puesto que el vino "presenta unos parámetros excepcionales"
Carlos García Pontevedra 09.04.2019 | 02:27
La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ribeiras do Morrazo sigue dando pasos con el objetivo de hacerse un hueco en el panorama vinícola nacional y afronta la que será su segunda añada en el mercado bajo el amparo de este sello de calidad. Uno de los viticultores impulsores de la Indicación y responsable de una de las cuatro bodegas que, por ahora, producen vino de "Ribeiras do Morrazo", Guillermo Martínez, explicaba ayer que las expectativas para este año, en cuanto a producción, se mantienen en la misma línea que respecto al pasado año con un ligero incremento de en torno a un 5%.
Por lo tanto, calcula que las cuatro bodegas integradas en la IGP -Areeiros de Vilaboa, Reboraina de Redondela, Ardán de Marín y los Mercedarios de San Juan de Poio, esta última que se significa además por ser el único monasterio cuyos caldos cuentan con el amparo de una indicación geográfica protegida- pongan en el mercado algo más de unas cien mil botellas de vino este año, que fue la cifra que ya rondaron en el pasado ejercicio, con este ligero incremento de en torno a unas cinco mil botellas más. El pasado febrero, tres de las cuatro bodegas habían logrado agotar su producción de ahí que la tendencia sea a aumentarla.
Lo cierto es que, como explica Martínez, de la bodega "Areeiros", la IGP pretende ir ganando en peso y producción poco a poco gracias a un sello de calidad que les está abriendo "muchas puertas" tanto a nivel de promoción como de expansión comercial. La indicación protegida les está permitiendo acudir a certámenes de vino de carácer profesional (no meras degustaciones) en las que los caldos de la comarca están ya logrando distinciones importantes, como fue el caso del Acio de Ouro que obtuvo precisamente el vino de Areeiros en la Cata Oficial de Vinos de Galicia. "Esto nos está permitiendo competir en igualdad de condiciones con otras bodegas y también darnos más a conocer" explicaba ayer Martínez.
Este bodeguero explicaba también que las expectativas para este año son muy buenas debido a la calidad de la cosecha, puesto que "los parámetros del vino son excepcionales", explicaba, por lo que confía en que si ya la añada del pasado ejercicio fue merecedora de estos reconocimientos, la de este año no tiene nada que envidiarle.
En cuanto a la expansión, poco a poco el vino se va haciendo un hueco en el mercado nacional con presencia en la zona de Levante, Andalucía y Madrid. Este bodeguero espera ahora hacer un esfuerzo por dar este vino a conocer en otros mercados como puede ser el País Vasco y todo el norte de España.
Un año
Cabe recordar que la Unión Europea reconoció el pasado año el sello de calidad que comprende a los viñedos registrados de los municipios de Bueu, Cangas, Marín, Moaña, Poio, Pontevedra, Redondela y Vilaboa.
Martínez explica que, aunque siempre hay noticias del interés por abrir nuevas bodegas en esta demarcación, por ahora parece que no se ha concretado ninguna ante la Consellería do Medio Rural.
Uno de los objetivos que se marcaban tras la obtención de este sello de calidad era la profesionalización y la recuperación de viñedos abandonados. Y es que se cree que los derechos registrados de viñedos en los concellos de la zona podrían llegar hasta las dos mil hectáreas pero que solo la mitad estarían actualmente produciendo vino.
Se calcula que en los ocho ayuntamientos que abarca la IGP hay unos 25.414 viticultores que cuentan con algo más de 73.000 parcelas de viñedo. Es por ello que desde el Grupo de Desenvolvemento Rural Pontevedra-Morrazo se puso en marcha este plan de profesionalización.