De todas las denominaciones de origen y de las indicaciones geográficas protegidas de Galicia, la de Ribeiras do Morrazo es la única íntegramente bañada por el océano.
Ocho son los concellos de las rías de Pontevedra y Vigo que integran el territorio protegido por este sello de calidad desde enero de 2018, Pontevedra, Poio, Vilaboa, Marín, Bueu, Moaña, Cangas y Redondela. Todos y cada uno de ellos miran al mar, y la realidad es que la IXP Ribeiras do Morrazo es la única que puede decir con certeza que “SOMOS ATLÁNTICO, SOMOS OCEÁNICOS”.
Numerosos viñedos son los que beben los vientos de la brisa marina, así toda la costa está salpicada de pequeñas fincas de cepas en su mayoría antiguas, y con variedades según zonas, como el caíño tinto en la parroquia de Cela, en Bueu, también llamado Tinta Femia.
En lenguaje enológico esto se traduce en una potente nota salina que otorga a sus vinos un mayor frescor y los hace completamente únicos, como señeros y extraordinarios son los viñedos de Donón. Éste es un paisaje absolutamente singular que no se da en otro lugar de Galicia, situado en la zona protegida de la Red Natura en el Concello de Cangas, las vides nacen directamente de arena dunar, una espesa capa de arena de mar arrastrada por el viento que otorga a los racimos de uva características únicas. Aquí predomina el albariño, el espadeiro y la treixadura, en cepas bajas soportadas por piedras y madera.
Cabo Home, Hio, son zonas donde el océano se abre y es capaz de mostrar toda su crudeza y belleza, desde las Cíes pueden verse los viñedos que resisten el embate de los vientos oceánicos, que dan a luz vinos expresivos, que no dejan indiferentes a nadie.
La ría de Pontevedra acaricia los viñedos del Monasterio de Poio, donde predominan el albariño y el mencía, que al amparo de las viejas piedras de la antigua construcción monacal, siguen sus ciclos productivos desde tiempos ancestrales. A vista de pájaro desde el campanario se domina toda la ría, desde Pontevedra hasta Bueu con el protagonismo de la isla de Tambo y las Ons.
La ensenada de San Simón, compartida por Vilaboa y Redondela, se comporta más dulcemente con los viñedos, de brisas mansas, éstas aportan un gusto único al albariño, godello y mencía, predominantes en la zona.